La tecnología debe tener un valor instrumental, no es un fin en sí mismo. Debe siempre estar al servicio del desarrollo humano, en todos sus aspectos. Y la verdad es que, como decíamos, ¡cuánto nos facilita la vida!. Pero de cada uno depende hacer el uso que nos ayude a conseguir ese objetivo al que todos aspiramos: la felicidad que proporciona una vida auténtica, plena.
Cedo la palabra a Ortega y Gasset:
“La vida es quehacer y la verdad de la vida, es decir, la vida auténtica de cada cual consistirá en hacer lo que hay que hacer. Para mi, un hombre vale en la medida que la serie de sus actos sea necesaria y no caprichosa. Pero en ello estriba la dificultad del acierto”
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