Se trataba de una casa en la antigua Villa de Gracia, en las afueras de Barcelona (desde hace años absorbida por el crecimiento de esta ciudad) para Manuel Vicens, Corredor de Comercio y Bolsa. En algunas fuentes se le cita, erróneamente, como fabricante de ladrillos y azulejos. Debido a dificultades económicas que le surgieron al propietario, la finalización se prolongó más de lo debido.
Este fue el primer trabajo que firmó Gaudí tras conseguir su título de arquitecto.
En esta obra primeriza pueden apreciarse reminiscencias musulmanas y árabes, en una curiosa fusión con elementos autóctonos. La abundante utilización de azulejos, tanto en el interior como en el exterior, ofrece colorido y originalidad. Esta obra podría ser definida como un hermoso "collage" de estilos y germen de nuevas ideas. Gaudí aún no introduce las formas curvas, tan propias de la arquitectura gaudiniana. Aún se mantiene en la tradicional aplicación de la regla y la escuadra, es decir de la línea recta.
Debido a diversos cambios en la urbanización de la zona, se perdió una glorieta, una fuente y una parte del jardín pertenecientes a la obra original. El arquitecto que posteriormente realizó modificaciones en el edificio, se ajustó respetuosamente a lo diseñado por Gaudí, llegando, incluso, a consultarle a él mismo algunos detalles.
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